Hay tres libros que se me han hecho los difíciles (En Español): Veinte mil leguas de viaje submarino, Un Capitán de Quince Años y Crepúsculo en Oslo. Los dos primeros debido a las ediciones clásicas de Editorial Porrúa aunado a mi corta edad, de esos dos aún queda pendiente el Capitán, pero ya de mi época de asiduo lector Crepúsculo en Oslo me volvió loco en un principio pero finalmente lo he terminado y la verdad es que es una novela policíaca que una vez que te atrapa, ya no te suelta...
¿De qué trata?
El asesinato de una de las presentadoras más famosos de Noruega ha vuelto de cabeza al país nórdico, la policía y todos sus habitantes están consternados. Su cuerpo ha sido hallado en su casa, sentado sobre la silla de su escritorio personal pero... sin lengua. Su lengua ha sido finamente cortada tal cual de un origami se tratase y ha sido finamente envuelta y colocada en su escritorio.
Para el superintendente Yngvar Stubo y su esposa una ex profiler del FBI, Inger Johanne este es un caso que no desean puesto que han pedido baja temporal por paternidad y además el caso luce todo fuera de lo normal ya que el crimen parece ser perfecto. No hay pistas.
Las cosas se complican cuando lo que parecía ser un simple asesinato, da pauta a un posible asesino en serie de famosos o al menos, eso creen.
¿Por qué me costó trabajo? Pues bien, para aquellos que no estamos familiarizados con los nombres nórdicos (fuera de Ragnar, Erik y Leif), el uso de los nombres es demasiado confuso y eso me hizo confundir a los personajes una y otra vez, además, la manera en la que escribe Anne Holt, parece una manera muy peculiar, del tipo "Guión" diría yo. Ya que entre los mismos diálogos y en las escenas, se describen detalles efímeros o interrupciones que vuelven la lectura un poco más difícil a lo que normalmente uno está acostumbrado pero que, una vez que ya te has acostumbrado, te ayuda de sobremanera a detallar cada escena, cada personaje, cada diálogo, haciéndonos sentir que nos encontramos en medio de aquellas habitaciones o caminando en las frías calles de Oslo.
Una vez que te logras enganchar (o superar los obstáculos, como en mi caso), el libro se deja devorar sin temor, comienzas a compartir teorías e inclusive a generar las propias. Las cosas nunca indican la verdad y debo decir que el final es verdaderamente brutal.
El asesinato de una de las presentadoras más famosos de Noruega ha vuelto de cabeza al país nórdico, la policía y todos sus habitantes están consternados. Su cuerpo ha sido hallado en su casa, sentado sobre la silla de su escritorio personal pero... sin lengua. Su lengua ha sido finamente cortada tal cual de un origami se tratase y ha sido finamente envuelta y colocada en su escritorio.
Para el superintendente Yngvar Stubo y su esposa una ex profiler del FBI, Inger Johanne este es un caso que no desean puesto que han pedido baja temporal por paternidad y además el caso luce todo fuera de lo normal ya que el crimen parece ser perfecto. No hay pistas.
Las cosas se complican cuando lo que parecía ser un simple asesinato, da pauta a un posible asesino en serie de famosos o al menos, eso creen.
Suspenso y vuelcos de trama, desesperación y frustración. Además una meticulosidad en los detalles. Bastante descriptivo, quizás para algunos sea demasiado pero una vez que te "enganchas" todo toma su propio camino y su propia forma.
Comentarios personales
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¿Por qué me costó trabajo? Pues bien, para aquellos que no estamos familiarizados con los nombres nórdicos (fuera de Ragnar, Erik y Leif), el uso de los nombres es demasiado confuso y eso me hizo confundir a los personajes una y otra vez, además, la manera en la que escribe Anne Holt, parece una manera muy peculiar, del tipo "Guión" diría yo. Ya que entre los mismos diálogos y en las escenas, se describen detalles efímeros o interrupciones que vuelven la lectura un poco más difícil a lo que normalmente uno está acostumbrado pero que, una vez que ya te has acostumbrado, te ayuda de sobremanera a detallar cada escena, cada personaje, cada diálogo, haciéndonos sentir que nos encontramos en medio de aquellas habitaciones o caminando en las frías calles de Oslo.
Una vez que te logras enganchar (o superar los obstáculos, como en mi caso), el libro se deja devorar sin temor, comienzas a compartir teorías e inclusive a generar las propias. Las cosas nunca indican la verdad y debo decir que el final es verdaderamente brutal.
Si me pidieran calificarlo en relación a las novelas policíacas que he leído, lo colocaría por encima de "El Terrorista" pero cuyo único inconveniente son los puntos que mencioné anteriormente. ¿Darle una oportunidad? Por supuesto.
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