Ha pasado la temporada, las ofrendas han sido puestas; la llorona se ha escuchado por las calles y los nahuales se han paseando entre nosotros sin que nos diéramos cuenta. Nuestros muertos han pasado a saludar y han disfrutado de aquellos gustos que solo en la tierra tienen; la temporada ha pasado y con ella se va la última calaverita del año.
La Catrina se pasea
por las calles de la ciudad,
entre ofrendas de panes y tequila
se acaba su tiempo en la realidad
Alegre mira
a quienes aún recuerda,
con melancolía a aquellos
de los que ni la memoria queda.
Mas con tristeza observa
que la vida ya no es lo que era,
la gente ya solo toma
la gente ya no recuerda.
-¿Qué te pasa madre mía,
qué es lo que te sucede mi hermano?
¿Qué ocupa ahora tu melancolía,
dime en qué piensas mexicano?
Camina entre niños
de disfraces coloridos,
se desplaza entre jóvenes
con atuendos atrevidos.
-No me preocupa la bruja
no me preocupa la calabaza,
lo que mi mente entristece
es la despreocupación por tu casa.
-¿Que no ves que cuando escupes
te estas echando a ti mismo,
todas esas maldiciones
todo ese pesimismo?
-Seguro que piensas
que antaño eran tiempos mejores,
¿Porque no mejor intentas
que ahora se logre vivir sin preocupaciones?
-Todo al final,
me termino llevando,
todo el camino
termina en algún lado.
-Mexicano querido
amado ser mío,
recuerda que tu tierra
es lo único que no se va al olvido.
Da un beso al aire la flaca,
se enjuaga lágrimas con un paño,
desea que su querida tierra
sea mejor el siguiente año.
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